Gonzalo, tampoco es cuestión de caer en el fundamentalismo democratico.
Los jesuitas implantaron un sistema original sobre pequeñas comunidades, que agrupadas formaron federaciones indígenas bajo amparo directo del Papa.
También los sistemas de elección de abades y abadesas entre monjes y la elección de superiores de congregaciones han mostrado cuando no ha habido imposiciones, ser muy efectivos.
Pero ahí, hablamos de cosas mayores. Se elige a las personas en función de sus virtudes morales e intelectuales. Esa es la clave. Y ahí está, una institución que ha aprendido a perfeccionar se a lo largo de 20 siglos. El Papado, fundado en la autoridad moral.
Si caemos en el fundamentalismo democrático acabamos prescindiendo de autoridades morales imprescindibles como referentes, a las que no te refieres por cierto. Solo te ocupas de criticar el sistema, y este lo siento, es muy complejo.
Su análisis exige si quieres suplantarlo, alternativas y hay que ser un erudito para resolver sus problemas. Y nadie lo somos. Para empezar se requiere un pensamiento constructivo.